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Eugenio Derbez rompe estereotipos en Hombre al agua

“Yo ya demostré –dice Eugenio Derbez– que traje taquilla [a Estados Unidos] con No se aceptan devoluciones y luego con Cómo ser un Latin lover. Entonces ya confían en mí, y eso me ayudó a que cuando estábamos preparando Hombre al Agua (Overboard) tenía ganas de cambiar los roles para romper con el estereotipo, porque en la versión original la millonaria era Goldie Hawn, y Kurt Russell, que hacía el otro papel, era un carpintero. Cambiamos los roles a que yo fuera el millonario, y ahí surgió la idea de que iba a tener una familia mexicana, lo que implicaba tener un casting mexicano. Y no fue fácil venderle la idea a MGM, pero afortunadamente la taquilla que habían hecho mis dos películas anteriores fue mi mejor arma para preguntarles: ¿quieren taquilla, quieren que traiga a los latinos? Entonces déjenme meter elementos que sé que van a atraer a mi público, como mis actores, como son Jesús Ochoa, Adrián Uribe, Omar Chaparro, Mariana Treviño, Cecilia Suárez, Fernando Luján y Edgar Vivar. Y eso fue un gran acierto, y el tener algunas escenas en español creo que también va a conectar con el público latino y es lo que finalmente están buscando los estudios: hacer una película americana pero que también jale a los latinos”.

 

Fue así como Eugenio pudo realizar Hombre al agua, su segundo filme en Hollywood en plan de productor y protagonista. En la cinta, él interpreta a Leonardo, un multimillonario mexicano arrogante que está en Estados Unidos en su yate. Cuando su equipo contrata a Kate (Anna Faris), una madre soltera y aspirante a enfermera, para que haga la limpieza de la embarcación y esta se niega a servirle porque su trabajo es limpiar, Leonardo la despide. Pero no solo eso: la avienta por la borda junto con todo su equipo de trabajo y sin paga. Así que una vez que Leonardo se cae del yate y pierde la memoria, y su hermana (Cecilia Suárez) lo desconoce con tal de quedarse con la empresa familiar, Kate aprovecha la ocasión para desquitarse: dice que es su esposa y lo lleva a su casa para que se haga cargo de sus tres hijas. Y de paso lo pone a trabajar como albañil.

 

“Creo que era importante enseñar estos dos tipos de mexicanos porque en Estados Unidos el mexicano debe tener cierta facha, te ven con el sombrero y el burro. Mexicano, valet parking, jardinero. No salimos de lo mismo. Entonces yo quise que en la película hubiera este contraste de tener a la familia multimillonaria. Y entonces para mí era decir hay mexicanos que también son ricos, les cuesta mucho trabajo, y poder mostrar en la película estas dos familias, tanto la de multimillonarios como la de clase trabajadora, que también es un homenaje a los trabajadores mexicanos que van allá, creo que fue una muy buena combinación. Y las escenas en español son muy cómicas y son bien recibidas por el público allá en Estados Unidos”.

 

Dice Eugenio que a él, como espectador, le gustan “las películas que primero me hacen como sus calzones. Me encanta que me traigan como la montaña rusa, que me siente y me hagan reír, llorar, sorprenderme, pensar. Ese es el tipo que me gusta ver y es el tipo de cine que me gustaría hacer, porque tiene elementos que te hacen reír y también llorar y pensar, aunque no siempre se puede por mil razones”.

 

Por otro lado, dice que Anna Faris “es muy humilde, muy aterrizada. Siempre me decía: no soy chistosa, ¿verdad? Yo le respondía que es buenísima, pero ella siempre replicaba que el chistoso era yo. Así nos la pasábamos. Ella trabaja muy duro y es una muy buena compañera, de verdad. Fue una gran experiencia haber trabajado con ella”.

 

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